A un líder político hay que exigirle que haga compatibles sus deseos, su ambición, con los intereses de su partido y mucho más con los de su país.
Pedro Sánchez ha mostrado sobradamente que sólo lo mueve una voluntad patológica de permanencia en el poder a cualquier precio. Formar gobierno con Podemos y el apoyo de independentistas por acción u omisión es una irresponsabilidad de calado histórico.
Si culmina ese pacto habrá que seguir los pasos de Juan Carlos Rodríguez Ibarra, Alfonso Guerra y otros.
40 años de militancia, muchos de ellos vividos en primera línea, te legitiman para considerar que se producen situaciones intolerables, que no sigues integrado en un partido que consiente líderes de esta calaña; llegas a una especie de “hibernación” (el “estar dormido” de la masonería) con tu mente y tu conciencia tranquilizadas y deseando poder despertar pronto.
Posiblemente las dos cosas sean verdad.Pero es una lástima sacrificar a todo un partido por la ambición desmedida de un líder irresponsable .Una militancia cegada y cerril también tiene su parte de culpa.
Más temprano que tarde, reventará él y arrastrará consigo al PSOE; pero el partido resurgirá de sus cenizas…