CAYÓ CAYETANA
Un acontecimiento político destacable de este verano ha sido el cese de Cayetana Álvarez de Toledo como portavoz parlamentaria d PP.
Posiblemente fue un error estratégico nombrarla porque no engaña a nadie y ha actuado en el Congreso como cabía esperar de ella.
Nadie le puede negar inteligencia, cultura, claridad de ideas y brillantez al exponerlas. Se diferenciaba, con mucho, del perfil medio del diputado. Pero su soberbia y su frialdad, su excesiva autoestima, la han cegado impidiéndole entender el papel de un portavoz, no sabiendo diferenciar lo individual de lo grupal, lo personal de lo institucional.
Además, el PP está obligado a cambiar de táctica, a suavizar su oposición y para eso hace falta gente más sumisa y adaptable. Su salida ha sido un tanto abrupta, a tono con su personalidad. Veremos lo que dura inactiva en el dique seco como simple diputada.
Fernando Martínez Serrano 4-9-20