No era difícil pronosticarlo hace dos meses y ahora los organismos pertinentes lo van corroborando: 2020 va a ser un annus horribilis para nuestra economía con todo lo que ello implica; se batirán records históricos en los principales índices macroeconómicos.
Las cifras tienden a ser redondas, acabadas en cero. Se estima una caída del PIB del 10%, el paro alcanzará el 20% de la población activa, la deuda se dispararía al 120% y el déficit hasta el 10%.
Estas cifras anticipan una debacle de gran calado que sólo puede afrontarse desde un gobierno serio, solvente y con partidos predispuestos al acuerdo. O sea, justo lo contrario de lo que tenemos: un gobierno bicéfalo refugio de incompetentes y unos partidos que se agotan en sí mismos, en sus intereses.
Nada parece apuntar a que se produjeran los deseables y necesarios recambios.