Si nos atenemos a una definición amplia de cultura como “el modo de ser, vivir, pensar y sentir de un pueblo que incluye desde utensilios a creencias” es obvio que existen diferencias. Siempre se ha querido compararlas, analizar sus orígenes y, sobre todo, saber cómo debemos actuar cuando nos enfrentamos a la diversidad cultural. Hoy es más necesario que nunca en un mundo globalizado y sociedades donde conviven diferentes etnias y religiones, especialmente Islam-Cristianismo.
Parece que la actitud predominante es el Multiculturalismo, o sea, el respeto a todas las culturas siempre que no conculquen los Derechos Humanos.
Y nuestros sedicentes progres de salón tendrán que convencernos de que el fanatismo yihadista es respetuoso o compatible con esos derechos.