La pretendida hija del pintor ha visto frustrado su sueño. Las pruebas de ADN descartan completamente esa posibilidad. Lo que sí queda acreditado es que mereció serlo por farsante, por mostrar un comportamiento surrealista que no debería resultarle gratis.
Haciendo abstracción de su calidad pictórica- que siempre será discutible- Dalí se caracterizó por pasarse la vida haciendo el ridículo. Fue un modelo perfecto de histrión que convertía la provocación y el absurdo en sus señas de identidad; pero le resultaba rentable en todos los sentidos y era tolerado por el régimen que presumía de artista internacional.
También fue excéntrico en su vivencia de la sexualidad y por lo que sabemos su paternidad biológica sólo hubiera sido posible donando el semen.