Se suelen poner ejemplos o hacer chistes ocurrentes para diferenciar los significados de “posible” y “probable”. En sentido estricto, en Lógica, sólo es imposible lo que es contradictorio.
La distinción puede establecerse en muchos ámbitos.
Es improbable que los partidos se pongan de acuerdo y elaboren un plan hidrológico que interconecte las cuencas y lleve el agua donde es necesaria.
Es poco probable que el PP acabe admitiendo que se financiaba a base de corrupción pura y dura.
Es imposible que uno llegue a ser lector de su propia esquela.
Y también lo es que los secesionistas catalanes entiendan que no harían nada en su soñada república que no puedan hacer ahora en su Comunidad autónoma (otra cosa es que deseen privilegios insolidarios).