No es bueno que se produzca un gran desajuste entre las sentencias de los jueces y el sentir ciudadano; si es tan intenso y enérgico como el que ha suscitado el caso de la “manada”, algo está fallando. Y es grave porque hablamos de algo decisivo para una sociedad: el modo en que se administra e imparte justicia.
Es necesaria una redefinición legal para establecer que todo lo que sea consumar una relación sexual con una mujer que se niega a ello o no está en condiciones de decidir, es una violación y merece un severo castigo.
Es tarea de los partidos en el Congreso. Estos depredadores de mierda- en manada o en solitario- han de acabar en la cárcel; en otro contexto estarían adornando el árbol del ahorcado.