DIARIOS DE AZAÑA
Los de 1932-33 son una lectura gratificante y significativa. Más allá de la narración de importantes hechos contiene reflexiones sobre aquella España que demuestran su inteligencia, agudeza y templanza en tiempos convulsos y extremos.
Costó tiempo y trabajo liberar a Azaña de la burda caricatura que había elaborado el franquismo. Hoy nadie le niega la condición de ser uno de los hombres de Estado más relevantes de nuestra historia. Compararlo con lo que hoy nos gobierna sería un acto de crueldad que no resiste el mínimo análisis.
Nos habría ido mejor n la España que él imaginó y por la que tanto luchó, pero estaba prácticamente solo en un torbellino de enfrentamientos y luchas de clase irreversible. Tuvo que parar un golpe militar en agosto del 32 anticipo de lo que vendría en el 36, había una clase política muy dividida y el anarquismo “ayudando”, como siempre.
Fernando Martínez Serrano 11-9-20