La gestación de un gobierno está siendo más problemática de lo previsto. Pedro Sánchez está hecho un mar de dudas. O gobierna con los apoyos indeseables de Podemos y nacionalistas variados o alguna abstención de última hora permite la investidura con sus 123 diputados.
Pero yo creo que lo realmente determinante no es esa votación sino el día siguiente. Cada vez se antoja más difícil la posibilidad de un gobierno estable y eficaz, capaz de aguantar una legislatura. Repetir elecciones tampoco es la solución, ni por el hecho en sí mismo ni porque los resultados garanticen una mejoría.
Si vamos más allá tendremos que reconocer que lo endemoniado es nuestro escenario político: cinco partidos con el añadido de nacionalismos trasnochados y disolventes. Malos mimbres para un cesto. Pero así está configurada la voluntad popular, el “demos” y… ¿cómo se cambia eso?