Ante el 26-J, con los mismos candidatos y programas, lo lógico sería repetir resultados. A partir de ahí se pueden hacer cábalas que justifiquen posibles diferencias.
La primera consideración es si irá a votar o se quedará en su casa decepcionado como está. Contempla a cuatro líderes irresponsables que no han sido capaces de pactar buscando aquello tan clásico del Bien Común; curiosamente todos dicen que superarán sus marcas.
El abstencionista de derechas ¿votará esta vez al PP tapándose la nariz?
Esa izquierda frustrada con razón ¿seguirá votando a Podemos pese a sus extravagancias y lo que vamos sabiendo de ellos?
El votante socialista ¿asumirá el errático comportamiento del Secretario general y se mantendrá fiel?
El de C`S seguirá con el “corazón partío”.