ESTÁ CRECIDO
Es difícil medrar tanto, “hacer carrera” tan intensa y rápidamente como el joven Iglesias. De agitador universitario a vicepresidente, de un piso modesto en Vallecas a un chalet de lujo en la Navata.
Todo su mérito consiste en haberse cruzado en el camino de un político ambicioso y carente de principios que dice ser socialista.
Ahora está hiperactivo. Ha cerrado filas con los independentistas; exige indultos para los presos catalanes; chantajea con presentar enmiendas para conseguir la ley que busca; amenaza a la oposición asegurándoles que nunca volverán a gobernar; quiere impone la semana de cuatro días; consigue una protección policial para su casa digna de un jefe de Estado; quiere que Bildu elija jueces para el CGPJ (pasarían de matarlos antes a nombrarlos ahora); interfiere las actividades de otros ministros llegando a veces a humillarlos…
Pero el auténtico responsable es quien le otorga ese poder y lo deja hacer.
Fernando Martínez Serrano 5-12-20