El próximo 23 de Abril, en Francia se decide mucho más que la presidencia de la República. Está en juego la estabilidad europea porque la candidata de la extrema derecha amenaza con salir de Unión si gana y hablamos del segundo país y uno de los fundadores.

A estos ultras hay que quitarles el banderín de enganche que han encontrado en la xenofobia. En un sistema democrático todo se regula y la inmigración no debe ser una excepción; aunque haciéndolo de un modo racional y justo.

Es uno de esos momentos cruciales en los que un país tiene que atesorar todo su acervo histórico cultural y de valores para decidir en consecuencia.

Soy optimista y pienso que esta mujer no ganará ni en la primera vuelta.

Así que… ¡Vive Macron! ¡Vive la France!