No hace falta el oráculo para vaticinar que corren malos tiempos para el PSOE y que estas primarias sólo van a servir para acentuar los problemas.
Un hombre que no ha sabido perder y retirarse a tiempo-como hicieron otros mucho más dignos que él-ha colocado al partido en una encrucijada infernal. Manipula a los militantes y desvirtúa el ideario de esta formación llevándola a un interesado debate de derecha-izquierda.
Si pierde, habrá dejado a un amplio sector envenenado y mal predispuesto contra la ganadora.
Si gana, expulsa a medio partido y no le queda más remedio que rendirse con armas y bagaje a Podemos (siguiendo el ejemplo de Garzón con IU) porque aunque engañe a la militancia, la “votancia” jamás haría ganador al PSOE con ese líder.