Una no hace verano pero cuando llegan en grupo casi puedes generalizar. Es el caso de los dirigentes de Podemos, esos hipercríticos con todo lo que se mueve que venían a purificar el ambiente.
El secretario de organización paga una miseria en negro a un asistente que no da de alta. El ideólogo que babea su rencor recibe una cantidad astronómica por un absurdo trabajo para el régimen chavista y no tributa correctamente. El aprendiz estafa a la Universidad cobrando una beca inmerecida e injustificada. La guerrillera de Rivas desvía dinero público ha cia sus familiares. El jefe del gang obtiene subvenciones que no declara, paga poco y mal y reside ilegalmente en una vivienda de su madre.
Como aves migratorias, deberían cambiar de hábitat. Sus votantes tienen la palabra.