En Cs tienen motivos para negar apoyo a la investidura de Pedro Sánchez, el creador del “no es no”. Siguiendo la línea marcada por Redondo los portavoces del PSOE han estigmatizado a Cs como integrante del tripartito de derechas; una estrategia que fue útil movilizando el voto del miedo. Pero también creó enemistad y tensión entre ambos.
Ahora, de Rivera depende la mejor solución para el país. Podría sumar sus diputados para lograr una mayoría de 180, evitando a VOX, a Podemos, a lo mercenarios peneuvistas y a los separatistas catalanes. A cambio, la vicepresidencia, ministerios y el compromiso de Sánchez de renunciar a veleidades nacionalistas.
Debería hacerlo no sólo por las “sugerencias” que recibe desde importantes sectores sino por racionalidad y responsabilidad.
Sería una prueba de madurez que lo consagraría como líder liberal compatible con la socialdemocracia.