Podíamos aprovechar el revuelo organizado tras las sentencias del Supremo para analizar a fondo, partiendo de cero, las variables que intervienen en un crédito hipotecario.
Es lógico pagar al Banco el capital solicitado más los intereses correspondientes y lo es pagar los honorarios del notario. Además, pagamos el IVA a Hacienda y pagaremos el IBI al Ayuntamiento.
Por si fuera poco, aparece esa cosa de nombre estrafalario que son los “actos jurídicos documentados” pagaderos a la Comunidad Autónoma.
Vamos que comprar una vivienda es toda una sangría.
Con la reforma de la Ley Hipotecaria tienen nuestros diputados una ocasión de oro para eliminar ese impuesto mostrenco.
Las CCAA que repriman su afán recaudatorio y reduzcan gastos innecesarios. Que ya nos pasamos la vida hipotecados, y no sólo por el Banco.