Así es como dicen sentirse los secesionistas catalanes tras conocer la aplicación del artículo 155 por parte del gobierno.
Son minoría en su Comunidad, no tienen apoyos significativos en el resto de España, Europa condena sin paliativos su conducta delictiva y antidemocrática. Pero ellos se sienten humillados.
En torno a este tema se ha construido una gigantesca mentira, han tejido una urdimbre de falsedades y sentimentalismos que les impide ver la realidad. Ha habido que tolerar sus provocaciones, aguantar hasta el límite, armarse de sentencias judiciales, fraguar el apoyo de los partidos constitucionalistas y, finalmente, se ha adoptado una medida proporcionada, legal y legítima. Pero ellos se sienten humillados.
Ahora tiene que actuar esa otra Cataluña sensata y silente; habrá que activar la pedagogía dentro y fuera.
Los demás nos sentiremos satisfechos.