Quiere estar en todas las fotos pero todavía no selecciona bien. Su actuación con los agricultores está siendo genial.
Veta a las principales asociaciones del sector, ante la escandalosa reacción se ve obligado a rectificar, se reúne (junto con otra ministra de su microgobierno), divaga, y les dice que trasladará sus reivindicaciones al presidente, pero que sigan presionando en la calle con sus manifestaciones. Así se convierte en una especie de espectador no comprometido, como si no formase parte del gobierno y tuviese que buscar soluciones.
Sánchez decía que este individuo no es de fiar y le quitaba el sueño; tenía razón, pero se lo traga. Ambición obliga.
Estos podemitas en vez de “asaltar los cielos” asaltan la Administración colocándose ellos y sus innumerables asesores nombrados a dedo para hacer clientelismo.
Y quieren que los tomemos en serio.