El grandísimo hideputa Joaquín, un murciano de 73 años, había violado a dos menores y lo han detenido cuando intentaba secuestrar a una niña de 8 años para abusar de ella. Pese a eso, un juez lo deja en libertad.
Otro ilustre archenero tiene miles de vídeos con violaciones infantiles; tampoco va a ingresar en prisión.
Algo falla cuando estos subhumanos siguen en la calle perpetrando sus delitos. Estos depredadores son siempre reincidentes porque no encuentran otro modo de satisfacer sus impulsos sexuales, sólo pueden violar a mujeres y/o niños.
Hay que sacarlos de la sociedad en la que tanto daño causan. Se deben elaborar leyes muy claras que los jueces apliquen con todas sus consecuencias, sin remilgos ni consideraciones que estos desalmados no merecen.