Pocas palabras pueden dar tanto juego; casi permite cambiar el refrán y afirmar: “Más vale una palabra que mil imágenes”.
A partir de ella nacieron esos grupos emergentes que han alcanzado cotas considerables de poder al ser la tercera fuerza política y dirigir grandes ayuntamientos.
Hace 5 años salieron a la calle y ocuparon algunas plazas, su mensaje caló en una sociedad en crisis y harta de corrupción.
Hoy la crisis persiste y los comportamientos corruptos aumentan pero a ello hay que sumar la frustración y el rechazo que estos grupos empiezan a generar. Es como si se cerrara un curioso bucle: surgieron de una indignación que hoy producen ellos, hicieron escraches y empiezan a padecerlos.
¿Quiénes deben salir ahora a la calle y qué plazas deben ocupar?