Nuestros líderes políticos podrían sorprendernos alguna vez con decisiones inteligentes, originales, más allá del tópico manual con el que viven.
Los dirigentes de PP y CS deberían aprovechar para anular el chantaje de Torra, ese ser siniestro y desquiciado que amenaza con dejar caer a Sánchez. Podrían comprometerse a no suscribir una moción de censura contra el presidente (le darían una buena lección) y a cambio exigirle que aplique de nuevo el 155 en una Comunidad que no puede funcionar de modo autónomo.
Si no hay acuerdo con los Presupuestos, se prorrogan. Los enloquecidos chantajistas quedarían inermes.
El problema catalán justifica cualquier acuerdo que se pueda establecer entre fuerzas constitucionalistas, incluso justificaría una “gran coalición” que sepa colocarlos donde les corresponde, sin quitarles nada pero sin más concesiones ni estupideces.