La relación con el PSC es de amor-odio, tiene altibajos difíciles de entender y crea una tensión insoportable. Ahora vemos en San Sebastián a socialistas compartiendo decisiones del PNV y Amaiur, arrepintiéndose después y finalmente rompiendo la disciplina de voto.

Todo eso, siendo ridículo ya en esos territorios, destroza la imagen del PSOE en el resto de España. Y así vamos, de victoria en victoria hasta la derrota final.

Un partido necesita cierto grado de cohesión y respeto a sus principios esenciales. ¿Qué hago yo apoyando a nacionalistas y, lo que es peor, a compañeros de asesinos inhumanos? Esto no puede seguir así .Es hora de abandonar al PSC a su propia suerte, de soltar lastre.