Si contemplas en una esfera terrestre la enormidad de Asia, África o las dos Américas, Europa aparece como un espacio pequeño. Sin embargo fue aquí donde nació la comprensión racional de la realidad como modelo de conocimiento. En ella tienen su cuna la filosofía, las ciencias- empíricas y formales- el alfabeto, la lengua, las artes, el derecho, la democracia, el atletismo, etc.
Al Mediterráneo, más que “mare nostrum”, deberíamos llamarlo “mare ómnium” porque lo que se gestó en sus riberas constituyó la base del desarrollo de la humanidad.
Hoy coexiste difícilmente con una cosmovisión inquietante: el Islam, donde no se observan indicios de querer vivir un Renacimiento y una Ilustración.