LA POLE

  

 

                            

 

La aplicación del 155, acompañada de la convocatoria de elecciones, ha sido una auténtica sorpresa que descoloca a los partidos y los obliga a situarse en la parrilla de salida.

En el bloque constitucionalista se observa más normalidad y ya tienen sus candidatos.

En el bloque nazional-secesionista hay mayor confusión.

Los antisistema, nuevos vividores, fingen que dudan su presentación, como si estuvieran dispuestos a renunciar a nóminas y moqueta.

Podemos se entrega a Colau y en su momento apoyarán el independentismo pidiendo imposibles tripartitos.

El PdeCAT implora desesperadamente una candidatura unitaria, sabedor de que está a punto de desaparecer. ERC, mayoritaria, quiere encabezar todo el bloque soberanista  y hacer presidente a su líder. Colocarán en las listas a algunos encarcelados para acentuar el papel de víctimas.

¿Mejorará la situación todo esto?

 

 

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