El panorama que se dibuja a partir del Domingo es complejo e intrincado.
Parecía que el tetrapartidismo iba a anular la capacidad de chantaje de los partidos nacionalistas pero los resultados vuelven a convertirlos en el “fiel de la balanza” apoyando al bloque de derechas(PP-C,S) o al de izquierdas(PSOE-PODEMOS) para formar gobierno. Eso da ventaja al Psoe, aunque en condiciones terribles que pronto le pasarían factura.
En un país serio, actuando racionalmente desde el “velo de la ignorancia” de Rawls, sería el momento de la gran coalición PP-PSOE, un gobierno sólido que abra una legislatura constituyente para las necesarias reformas y los importantes retos que nos esperan.
Pero vivimos donde vivimos, somos lo que somos, y ese camino no se recorrerá.
Efectivamente como ayer decían los analistas Post electorales: Para que en España se consiguiera una Gran Coalición «tendríamos que ser alemanes…» Lo que yo replicaba a Lourdes Flores añadiéndole: o peruanos…
Yo también he pensado en el tema peruano con su ensayo de gran coalición entre partidos clásicos(que ojalá salga bien) y lo acabo de comentar en una conversación telefónica.
Si se ve claro que hay una buena fórmula para luchar por el bien de un país se debe poner en práctica,aunque suponga esfuerzos para ambas partes.