Vicios lingüísticos, empleos incorrectos de los pronombres personales “la, le”. Parece un fenómeno creciente porque son muchos los periodistas y tertulianos que incurren en ellos y los propagan.
Así, oímos o leemos: <A la mujer la dieron una paliza>, <a esta chica la salieron los dientes en el partido>, <coge el dinero y dámele>.
Se da más en Madrid y Castilla-León y tienen un precedente insigne en Cervantes y su Quijote: <al rucio se le hurtaron>, capítulo III, 2ª parte; <dudo que vuesa merced puede hablarla ni verse con ella>, capítuloVIII.; <este episodio no le tradujo bien su intérprete>, capítulo XLIV.
Estas buenas gentes nos corrigen luego a nosotros las alteraciones fonéticas-especialmente con las “eses”- que a mí me parecen pecado venial frente a lo suyo.