Si nos gustan los contrastes tenemos uno muy significativo en los gustos musicales de nuestras reinas, la vigente y la emérita.
Reaparece Dª Sofía en un acto público y lo hace en la catedral de Toledo para oír el Requiem de Mozart interpretado por la orquesta y el coro del Teatro Real. Los magníficos acordes la habrán consolado de la frustración y la amargura que ha acumulado.
Dª Letizia, con sus pantalones llenos de agujeros, asiste a conciertos de los grupos musicales más rompedores del momento. Ese ruido no le proporcionará la calma y la naturalidad que necesita para la nueva imagen de la Monarquía.
Contraste total, debido más a la diferente sensibilidad que al cambio generacional.