El prestigio de los premios Princesa de Asturias crece con el paso de los años. Se acierta con los premiados y con el desarrollo del acto institucional.
La edición de este año ha contado con los tres máximos cargos de la UE y ha propiciado que el Rey repita un discurso eficaz y aclaratorio al que no le sobraba nada. Un jefe de Estado defendiendo al Estado desde la Constitución y proclamando que seguiremos con Europa por el camino de la razón y la palabra (el logos clásico) sobre tres pilares: Democracia, Derechos Humanos y Estado de derecho.
Pese a todo, aparecen los furibundos críticos de siempre, una crítica acre que sólo se entiende desde el rencor y las posturas preconcebidas de gentes que tienen preparada su respuesta antes de conocer el discurso.