Bañas las islas donde empezó a gestarse la cultura occidental, en ellas nacieron los primeros filósofos, o sea, hombres que, rechazando el mito y la religión como modelos explicativos, utilizaron exclusivamente la razón para comprender la realidad; por tus aguas navegó Ulises, ciego de amor, para volver a Ítaca y a su amada Penélope; oíste a una poetisa cantar versos de amor femenino, lésbico.
Hoy te surcan grandes cruceros con gente que no conoce tu historia, sólo quiere grabar y hacer fotos o, lo que es peor, pequeñas embarcaciones repletas de personas que huyen despavoridas y buscan cobijo, muriendo algunas en tus playas. La Historia te ha ido degradando: fuiste un mar de vida, eres un mar de muerte.