Al saber que el candidato presidencial francés de Izquierda Insumisa tenía orígenes murcianos y presumía de hablar bien español se suscitó cierta curiosidad y simpatía por él.
Al ir conociendo su programa y sus declaraciones se produjo un cambio ostensible y hasta sería dudoso que los muchos “melenchones” que viven por aquí lo apoyasen.
Quería sacar a Francia de la OTAN y la UE, acabar con el euro y no pagar la deuda (“porque tengo una bomba atómica”¡!). No se atreve a pedir el voto en la segunda vuelta para el candidato de una izquierda moderada y la de extrema derecha dice que cuenta con su apoyo. Los extremos se tocan. Es uno de esos “illuminati” populistas que tanto se prodigan últimamente.