Libby Lane es la primera mujer que ostenta ese rango en la Iglesia anglicana que siempre ha sido más respetuosa y comprensiva que la católica con el papel de la mujer.
Cada día parece más claro que la iglesia de Roma necesita actualizarse.
Dos grandes cambios serían la abolición del celibato sacerdotal y la incorporación de la mujer como un elemento activo, en igualdad de condiciones con el hombre. De no hacerlo, se arriesga a la desaparición por consunción. Es el clásico “renovarse o morir”.
Inaugurar esa nueva etapa es el gran reto del Papa Francisco; si lo logra estará definitivamente en la Historia, marcará un antes y un después.