Avanzamos hacia la normalidad y ya tenemos nueva Asamblea Regional. Su presidente, de Cs, es nuevo en estas lides; parece que hasta hace poco se postulaba ante el PP y los pactos lo han favorecido (supongo que con gran cabreo de otros militantes de Cs más significados).
Lo primero que proclama, ufano, es que “hemos conseguido que la Asamblea no sea presidida por el bipartidismo”, como si hubiera sido mérito suyo y dando por hecho que el bipartidismo es perverso en sí mismo.
Le debe parecer bien el papelón que ha desempeñado su partido en el proceso de gestación y la confusión que siembra entre sus votantes.
Ahora le toca demostrar que estará a la altura de sus predecesores y sabrá desenvolverse con eficacia en un campo de juego complicado y con un Gobierno que tampoco será modelo de homogeneidad y paz interior.