Ya me referí a este asesino noruego que se divertía matando adolescentes con su rifle y poniendo bombas (77 muertos en 2011). Si en algunos casos pudiera justificarse la pena de muerte, sin duda estaríamos ante uno de ellos.
Ahora un tribunal condena a Noruega por trato denigrante ya que permanecía en la cárcel aislado y eso contraviene la Convención europea de Derechos Humanos.
No sé si estamos ante un país civilizado y respetuoso o ante una sociedad timorata y pusilánime que no protege a la buena gente, a sus ciudadanos normales, de la gente mala, de perversos depredadores que ni siquiera merecen el calificativo de humanos porque no son del género homo y, mucho menos, de la especie sapiens.