Las formaciones políticas de izquierda se han empeñado en que la palabra partido refleje las dos acepciones: “conjunto de personas que persiguen un fin” y “algo dividido, roto”.
En Podemos ha triunfado el sector más radical como era previsible, aunque el 34% de Errejón es una buena cantidad para permanecer en un segundo plano, a la expectativa.
En el PSOE a esta altura no va a surgir un mirlo blanco capaz de aunar voluntades y fortalecer al partido. Pase lo pase en Junio será negativo porque quedará fragmentado debido a la irresponsabilidad tóxica de Pedro Sánchez.
Frente a ese panorama, los partidos de centro y de derecha exhiben eufóricos su unidad y se preparan para tejer futuras alianzas de gobierno a todos los niveles.