Su padre, todo un visionario, elige un nombre adecuado a su apellido y va creando ambiente para que el niño-adolescente se sienta importante.
Ya joven se matricula en la Universidad Complutense, en la facultad de Políticas, donde hay de todo menos seriedad y rigor académico. Tiene profesores y compañeros con los que comparte su vocación revolucionaria; se siente como un profeta bíblico que debe conducir a su pueblo hasta la tierra prometida y de pronto, una gran crisis hace surgir el clima idóneo para que pueda vivir su gran momento.
Es mesiánico, mendaz, camaleónico, verborreico, arrogante…
¿Qué final tendrán reservado los ciudadanos para la película protagonizada por este hombre?