Hermosa cadena montañosa que separa dos países con una amplia y rica historia. Recientemente, en uno de ellos ha triunfado la extrema derecha y en el otro una izquierda borrosa (cuando tanta falta hacen ahí líderes solventes, creíbles); simplistas y demagógicas ambas.
Un buen día los montes cobran vida, el Aneto gira la cabeza de norte a sur, como en el tenis, para contemplar asombrado dos gigantescas estupideces de signo contrario, alimentándose cada una con sus propios fantasmas.
De pronto despiertas, sales de la pesadilla y te preguntas si españoles y franceses no estaremos caminando en esa dirección y mereciendo ese castigo con nuestro comportamiento.