Un buen indicador del nivel de la nueva clase política viene dado por los temas que eligen para intercambiar ideas.
Amancio Ortega hizo una importante donación a Sanidad que fue celebrada por autoridades y profesionales pero algunos vieron al caballo de Troya con el que se pervertía el sistema público de salud.
Ahora la presidenta de Madrid dice que renuncia sus vacaciones y seguirá en su despacho. Para los mismos de antes, está cuestionando el derecho de los trabajadores a disfrutar del descanso vacacional. ¿No es asombroso?
Si seguimos así acabaremos discutiendo acerca del sexo de los ángeles.
Seguro que existen temas más interesantes pero resulta más cómodo enzarzarse con estas chorradas que debatir sobre la ley electoral, el futuro del Senado, la financiación autonómica, la relación mercado-Estado, temas bioéticos, etc.