Un ciclista solitario que está dando la vuelta al mundo se adentra en una zona peligrosísima de Pakistán e indirectamente causa la muerte de siete escoltas en un atentado.
Alguien se baña habiendo bandera roja en la playa y al rescatarlo muere un joven policía.
Escaladores o esquiadores en zonas expresamente prohibidas provocan gastos considerables de dinero público o, en el peor de los casos, daños a sus liberadores. Se trata siempre de gente acomodada con gusto por el riesgo.
¿Es improcedente o cruel decir que deberían ser abandonados a su propia suerte, que asuman las consecuencias de su conducta ociosa, no forzada por la necesidad?. No sé.