A propósito del fiasco que ha supuesto la elección de coordinador regional de UPyD cabe alguna reflexión, procurando evitar juicios de valor.
Todo se ha dirimido entre un número reducido de militantes- 181- y se ha producido una agria escisión con impugnación incluida (ahora que “huelen” poder).
Algunos dicen sentirse defraudados con la líder nacional. Si analizamos su trayectoria no encontramos mucho de modélico o meritorio. Ahora se critica a jóvenes por no haber desarrollado actividad fuera del partido; esta mujer no es joven y tampoco la ha tenido.
Cuando en la “valoración de líderes” tiene la puntuación más alta…está claro que la clase política de este país tiene un problema.