Hay unos señores dispuestos a seguir el juego de ETA, intentando legitimarla. Se hacen llamar “verificadores”- lo que para mí constituye un uso indebido del idioma- y, además, internacionales- como si estuviésemos ante un conflicto entre países o sectores análogos de un país.
Claro que todos queremos el fin de ETA pero, ya que nos han arrebatado patrimonios y vidas, que no nos tomen el pelo con escenitas como esa ridícula entrega de armas.
Lo dicho, un abuso de lenguaje que resulta insultante por innecesario y espurio. Por cierto ¿Quién mantiene a cuerpo de rey a estos individuos y les paga 600 euros diarios?
¡Váyanse ustedes a… verificar a Siria y Centroáfrica!