No puede ser que la mujer se convierta en el oscuro objeto del deseo de tanto psicópata. Es intolerable que una mujer no pueda caminar sola sin sentirse acosada, en peligro. Sólo por ser mujer no se puede pagar un tributo tan alto en esta época, en un Estado de derecho que debe proteger a las personas normales y no a los desalmados.
Una sociedad civilizada no pude permitir esto. Hay que olvidar esa estupidez de no legislar en caliente. Claro que no, hay que hacerlo en frío y buscar el modo más efectivo de sacar de nuestras calles a estos depredadores asesinos; bastante castigo supone mantenerlos el resto de su vida en prisión con nuestros impuestos.
Seguirán existiendo, pero al menos el encarcelado ya no reincide. No es mucho, aunque es mejor que dejarlos libres.