No los bancarios sino los parlamentarios. A veces un partido cede a otro temporalmente algunos de sus escaños-votos. En el inicio de esta legislatura lo hizo Pedro Sánchez en el Senado para que ERC pudiera tener grupo propio (un gran acierto, viendo el comportamiento de estos catalanes).

Ahora el PNV, tan ambiguo y chantajista como siempre, niega sus cinco votos al gobierno para poder aprobar los presupuestos de 2018, que contemplan algunas medidas beneficiosas para todos.

Es un buen momento para que cinco diputados socialistas votaran a favor y arrancaran algunas concesiones. El secretario general podría consultar a la militancia ya que no lo ha hecho con el tema del 155, ni siquiera reuniendo al comité federal. Sería una prueba de oposición inteligente y constructiva.