Es increíble ver cómo se va dilapidando un capital político y electoral. Observar la progresiva pérdida de votos de este partido a lo largo de las últimas elecciones en Cataluña sería suficiente para corregir el rumbo.
Ellos perseveran en el error; no escarmentaron tras el reciente fracaso del tripartito y se alían con el independentismo más radical y con líderes antisistema a los que van a permitir conquistar importantes parcelas de poder. ¿Qué hace ahí un partido socialdemócrata?. Navegan sin rumbo entre la izquierda y el nacionalismo, reacios-cuando no desleales-con el Psoe que debería ir planteándose la posibilidad de “cerrar” la franquicia y concurrir sólo con sus siglas. No le iría peor.