Yo también estaba convencido en 1979 de la bondad de “abandonar” el marxismo en nuestro programa. Y eso que siempre lo he explicado en clase como una gran cosmovisión que permite conocer mejor la Historia. Pero diseñar una acción política desde ahí a finales del siglo XX no era acertado.
En 1986, en el referendum OTAN, me llagué la garganta en mítines y mesas redondas porque me parecía inevitable para situar a España en su contexto adecuado.
Viví en primera línea los logros de tus cuatro gobiernos identificado con ellos y orgulloso por ello.
En las recientes primarias aposté por Susana Díaz ya que, juicios personales aparte, me parecía la más indicada para dar estabilidad al PSOE que yo concibo.
Ahora, como tú has dicho, nos quedamos en minoría. Bueno, también es un modo de estar en el partido. Toca recordar a tu paisano: “Todo pasa y todo queda”.
P.S: Te agradezco la foto dedicada que me enviaste por mis 65 años y mi forzada jubilación. Tenemos pendiente un café que ibas a tomar con nosotros, con mi familia en Casa Paco.