Son unas siglas bien conocidas que expresan el deseo de un descanso eterno. Coinciden con las elegidas en Murcia para designar las decisiones de alguien en relación con su propia muerte. Se trata del Registro de Instrucciones Previas (RIP), un nombre aséptico, poco clarificador. La coincidencia es curiosa y un poco macabra, como para hacer desistir a un supersticioso.
Yendo al fondo del tema, es una idea acertada, importante para personas que carezcan de un entorno familiar en el que dejar clara su última voluntad en relación con esa tragedia que es la muerte.
En un tiempo no muy lejano incluirá la posibilidad de eutanasia; el derecho a una “buena muerte” es algo que no debería negarse a ningún ser humano.
Más fácil sería hablar de “testamento vital”.