En la Transición desapareció Fuerza Nueva y la extrema derecha se cobijó en AP para ir diluyéndose electoral y socialmente. A los 40 años parece que se reactiva y los partidos buscan una explicación.
El PSOE culpa a PP y CS por su radicalización, lo cual es paradójico porque si así fuera los ultras se sentirían bien instalados allí.
Se puede pensar que la condescendencia del Gobierno con los golpistas catalanes, que proclaman la quiebra del Estado y de la integridad territorial, provoca reacciones hostiles en mucha gente.
También el modo torpe y errático en que se tramita la exhumación de Franco, más efectista que efectivo, ha despertado a los nostálgicos del Cara al Sol.
Si a eso le sumas los vientos ultras que soplan por Europa…tienes a VOX pujante.