No contentos con introducir neologismos superfluos o modificar palabras innecesariamente, nos encontramos a veces con expresiones tan estrafalarias que cuesta admitir que tengan autor.
Al publicar la LOGSE hubo quien llamó a los períodos de descanso-el “recreo” de toda la vida- “segmentos de ocio” y a la pizarra, “panel vertical de conocimientos”. ¿Qué les parece?
Ahora se va a crear un “Centro de innovación, transferencia de conocimiento y tecnología y especialización en nutrición, restauración y promoción turística de empresas gastronómicas”. Supongo que decir “Escuela de cocina” les parece una vulgaridad y huyendo de ella llegan a la gilipollez.
Debería de crearse un tribunal académico de la lengua que castigara esas agresiones gratuitas y absurdas.