Está viviendo una amarga experiencia. Ahora que había encontrado su rinconcico al sol se ve cuestionada desde dentro y desde fuera. Experta en dar bandazos, en resistir dentro de un partido en el que no encajaba pero permanecía atrincherada, contempla cómo su criatura se resquebraja.
Se trataba de ocupar el centro político, suceder a UCD (hasta en las siglas, cambiando la C por la D) y beneficiarse de las veleidades nacionalistas del PSOE defendiendo la unidad nacional. Encontró- sorprendentemente- personas capacitadas y solventes que la secundaron.
Se resiste a la unión porque sabe que no ejercerá de mantis religiosa sino que será devorada por el macho y más mudanzas no son posibles.