Por su naturaleza, su historia y el mensaje que vende, le corresponde ser universal (que eso significa ecuménica). Pero aquí en España suele mostrarse más bien localista, con estrechez de miras; como si pensara que ahí encuentra mejor acomodo su clientela.
Apoyaron y nutrieron el carlismo, elevaron a la categoría de “cruzados” a los sublevados del mal llamado bando nacional, conectaron con el violento nacionalismo vasco que se convirtió en ETA y ahora ofrecen un bochornoso espectáculo en Cataluña permitiendo que se vote ilegalmente durante la celebración de una misa o lanzando arengas independentistas desde los púlpitos los curas y obispos.
Luego se lamentan de algunas reacciones violentas que el pueblo ha tenido históricamente, cuando lo mejor sería no provocarlas.
La aplicación del 155, acompañada de la convocatoria de elecciones, ha sido una auténtica sorpresa que descoloca a los partidos y los obliga a situarse en la parrilla de salida.
En el bloque constitucionalista se observa más normalidad y ya tienen sus candidatos.
En el bloque nazional-secesionista hay mayor confusión.
Los antisistema, nuevos vividores, fingen que dudan su presentación, como si estuvieran dispuestos a renunciar a nóminas y moqueta.
Podemos se entrega a Colau y en su momento apoyarán el independentismo pidiendo imposibles tripartitos.
El PdeCAT implora desesperadamente una candidatura unitaria, sabedor de que está a punto de desaparecer. ERC, mayoritaria, quiere encabezar todo el bloque soberanista y hacer presidente a su líder. Colocarán en las listas a algunos encarcelados para acentuar el papel de víctimas.
Es un tema que encierra alguna contradicción y choca con el sentido común. Hay algunas famosas en la historia de la Filosofía y ahora se incorpora la “paradoja catalana”: un grupo de radicales antisistema, surgido con la crisis económica y política, obtiene un número de diputados que les permite ser la clave para la formación de gobierno; se alían con la burguesía conservadora, vetan a un presidente corrupto, eligen al más temerario, fuerzan decisiones contraproducentes en el seno del independentismo y cuando alguien duda agitan la calle hasta la comisión de delitos.
Ahora, los que daban la cara están en prisión pero ellos resultan inmaculados; se ríen en sus morros y siguen en sus corros con sus porros.
En Soto del Real, celebérrima cárcel, hay un gitano que contrarresta la matraca independista de uno de los Jordis cantándole “Viva España” y enseñándole sus genitales. Ahora se le multiplica el trabajo porque, como era previsible, la jueza Lamela decreta prisión incondicional para Junqueras y siete exconsejeros catalanes. Nadie se alegra de las desgracia pero esta gente ha hecho mucho daño en Cataluña y en el resto de España.
El último favor de su cobarde expresidente ha sido permanecer fugado en Bruselas; entre la gravedad de los delitos y el riesgo de fuga la decisión estaba cantada.
Se celebrarán elecciones con ellos encarcelados y habrá que ver si eso enardece el voto secesionista o, por el contrario, sirve para que muchos perciban la locura en la que vivían y moderen su voto.
El fenómeno “Podemos” se nos muestra cada día con mayor claridad.
Carolina Bescansa, fundadora del partido, ha osado alzar su voz contra el errático comportamiento del jefe. ¡Nunca lo hiciera! Él ha dado suelta a su jauría especializada en redes sociales con la orden de cazar a la presa y esos descerebrados ociosos cumplen a conciencia; quienes ayer la ensalzaban hoy la despedazan. Lo más suave que dicen de ella es “carroñera, sanguijuela y facha”.
Su secretario general tiene difícil convencernos de que es un demócrata en el sentido pleno de la palabra.
Con sus veleidades independentistas contenta a sus filiales gallega y vasca pero la combativa andaluza se le enfrenta y apoya a Bescansa.
No se cansa de hacer el ridículo: local, nacional e internacionalmente.
Es conocido lo del tonto y la linde y, efectivamente, cuando Puigdemont coge una linde, la linde se acaba pero él sigue.
Decía el gran Aristóteles: “El ser humano sólo se sentirá realizado si desarrolla adecuadamente la función que le es propia”. Y la de este pobre diablo es perturbar y degradar todo lo que toca.
Ha terminado de hundir a su partido, ha dividido a su Comunidad, ha crispado a todo un país y ahora siembra la discordia desde el corazón de Europa. Sigue jugando, irresponsable y sin ser consciente de las consecuen cias de sus actos.
Los únicos que pueden librarnos de este majadero son los jueces.
Otra consecuencia nefasta de la locura catalana, un auténtico daño colateral, es su repercusión en la vida política nacional. La Administración se encuentra casi paralizada.
Hay que destacar la imposibilidad de aprobar los presupuestos porque el PNV, “fraternalmente herido” por la aplicación del 155, se niega a dar el apoyo prometido al gobierno (una razón más para cambiar la ley electoral).
Contemplaban una subida a los funcionarios, la bajada del IRPF o la rebaja del IVA cultural; todo queda en suspenso.
Además, se ralentiza el trabajo en las comisiones que estudian la reforma del sistema de pensiones o la del sistema educativo en busca del deseado consenso.
Como se ve, tenemos muchos motivos para estar agradecidos a esta cuadrilla de orates que pervierte Cataluña.
Yo me he referido algunas veces a esa mayoría sensata y silente de catalanes diciendo que estaban obligados a mostrarnos su fuerza y sus argumentos. El pasado Domingo lo han hecho de un modo contundente y catártico.
La concentración ha sido de amplio espectro: hubo gentes de derechas aplaudiendo a un comunista serio como es Francisco Frutos (¿qué pensará el traidor Garzón?) y estaban juntos los tres partidos constitucionalistas.
Si se hubieran manifestado con anterioridad, ante cada Diada y cada “festejo” nacionalista, tal vez no se habría llegado a estos límites de frenesí secesionista. Pero, en fin, nunca es tarde si la dicha es buena… y la democracia suena.
Tenemos que demostrar que somos capaces de convivir aun sintiéndonos diferentes.
Asombrosa su capacidad predictiva: “Con Pujol noté que se rompía una etapa de esplendor y se iniciaba una que nos conduciría a la ruptura de la comprensión, el buen entendimiento y los acuerdos; nos sumiría en tiempos tristes y desgraciados para el país”. En ese tono sigue, pronosticando lo que hoy es una funesta realidad.
A partir de ahí Pujol y CIU empezaron a robar y chantajear, siendo consentidos por los demás. Con el tiempo y su propia decadencia fueron acentuando la deriva separatista hasta caer en manos de radicales irresponsables que ponen y quitan a su antojo.
Hoy han creado el mayor problema al que nos enfrentamos desde la Transición y habrá que ver cómo salimos de él.
Han pasado 40 años. De un presidente honorable a uno miserable.
Tiene su atractivo psicológico pensar si no habría sido mejor actuar de otro modo en determinada situación. Un ejemplo amplio sería pensar en el cambio de la forma del Estado y qué haríamos en una República que no podamos hacer ahora en una Monarquía parlamentaria.
Y más curioso resultaría saber qué piensan esos intelectuales estadistas de la CUP que viven obsesionados con la palabra “república”. Tal vez creen que una República les permitiría abolir la propiedad privada, crear una banca pública o estructurar la sociedad sin la existencia de la familia, en plan comunal.
Y estos han sido elemento clave en la génesis de la locura catalana.
Otra genialidad suya es amenazar con sacar de los traidores bancos catalanes sus grandes fortunas. Olliú y Fainé estarán temblando.
El Blog pretende ser un espacio abierto a la reflexión interactiva, propiciar un intercambio de puntos de vista, de valoraciones. La temática es abierta, pluridisciplinar y combina microartículos (en torno a 100 palabras) con otros más extensos.