El sector del cine destapa un nuevo escándalo de temática sexual, un auténtico culebrón por entregas, cada día con su capítulo nuevo. Parece que afecta a todos: hombres, mujeres, actores, productores, directores, republicanos y demócratas.
Aquello es como una jungla de película, un mundo lleno de predadores y presas. Pero lo cierto es que la industria de Hollywood lleva ese morbo sexual en su ADN y son públicos los comportamientos de muchos de sus grandes personajes.
Es tan poco sorprendente como la denuncia de abusos sexuales con menores en la Iglesia y en sus Seminarios. Era algo conocido y silenciado hasta que alguien tira de la manta y las víctimas se van animando a contar su caso.
Siempre será mejor denunciar y acabar con esa lacra.